Debido a toda la controversia que generaba el impuesto al sol, queremos explicar algunos de los puntos más polémicos sobre dicho impuesto y comentar de paso las razones por las que finalmente se ha suprimido. Esperamos que te sirva de ayuda como consumidor.
¿Qué era el impuesto al sol?
El impuesto al sol es el impuesto estuvo en vigencia desde el 2015. En el decreto de ley regulaba cómo se debe hacer cualquier instalación solar de autoconsumo o cualquier instalación que produzca energía hacia el exterior de la misma, como es el caso de la instalación de placas solares para casa.
La mala fama de este impuesto viene de algunas de sus disposiciones. Para empezar, se reconoce que con la instalación de este tipo de energía renovable se reducen las pérdidas en el transporte de energía.
Esto se debe a que son instalaciones propias para los lugares de consumo en lugar de provenir de una fuente centralizada. Sin embargo, a pesar de suponer un ahorro de los costes, se argumentaba que había unos costes fijos que afectan al mantenimiento de las líneas, supervisión, etc.
Es decir, se argumenta que los productores de renovables deben aportar financiación al sistema igual que el resto de consumidores.
Es decir, aunque empleen menos dichas redes, deben aportar igual que el resto de consumidores. Y este es el primer punto a tener en cuenta: dicho coste no lo asumen ni las empresas privadas ni la propia red eléctrica a pesar de reportarles los beneficios dichos sino directamente los consumidores de renovables.
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¿Por qué han quitado el impuesto al sol?
La primera razón por la que se ha quitado el impuesto al sol es porque cobra dos veces lo mismo. En efecto, existe un productor central (redes eléctricas) que, a su vez, venden su energía a una empresa que posteriormente nosotros contratamos.
En ese caso, la empresa paga al suministrador, pero como consumidores, el impuesto al sol nos hace pagar a la empresa (intermediaria) y a la red eléctrica productora dos veces lo mismo.
Además de ello, están las razones derivadas de la dependencia energética. El impuesto al sol supuso un fuerte retroceso para la instalación de renovables. Este detrimento se produjo en un país donde este tipo de energía es claramente una gran apuesta de futuro por la cantidad de horas de sol al día y, al mismo tiempo, por la gran dependencia energética que tiene España.
Este impuesto al sol encarecía arbitrariamente una factura ya de por sí cara.
Ahorrar gastos para todos
Igualmente, hay que decir que el impuesto al sol supone un gran gasto burocrático. En efecto, a la hora de quitar el impuesto al sol se ha tenido en cuenta la necesidad de simplificar los trámites burocráticos.
Por ejemplo, eliminando la inscripción obligatoria en el registro de la producción de energía. Estaba previsto para instalaciones que no excedieran los 100 kilovatios. Con ello, se reconoce de paso el autoconsumo compartido.
Esperamos que este artículo te haya servido de ayuda para comprender porqué el impuesto al sol no te beneficiaba en nada. De paso, te animamos a consultar otros artículos relacionados con el tema de la energía.
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